jueves, 31 de octubre de 2013


        


           NOCTURNO

 
Los árboles sabían los secretos
de las flores dormidas,
cuando exhalaban sueños
en forma de perfumes.
Un silencio lejano detenía
el temblor de las ramas
colgadas de la luna,
y un cálido rumor goteaba cerca,
engastando sus notas en la noche. 

Los árboles sabían,
rondando las murallas del Alcázar,
que las almenas tristes,
desasidas del tiempo,
entonaban también su sinfonía
de aromas enlazados con la hiedra. 

Nocturno para mí, para otro vuelo
elevándome a estrella. Si mis alas
abiertas en corola
surcaban la ebriedad de los Jardines,
era porque podían
llegar a cualquier sueño,
sin rozar el silencio ni las sombras.


                                              (de JARDINES DE MURILLO, 1989)

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