sábado, 5 de octubre de 2013


                  


                    IBERO

 
Tu presencia de siglos me emociona,
me quema desde el día en que elevaste
tu figura sobre esta piel de toro. 

Tu presencia en Berceo,
Fontiveros, Belmonte,
Torre de Juan Abad,
Moguer, Sevilla… Versos
que embridaron el tiempo para siempre. 

Por amor me llamaste Dulcinea,
fui Isabel en tus reinos,
en tus pinceles hilandera, maja,
virgen, madona en Port Lligat… Prendiste
noches en los jardines, vida breve.
Y creaste una Iberia
de límites sonoros,
de fantásticas danzas. 

Versos, pinceles, música…
Tus nombres me iluminan,
ibero, llamarada que se eleva
sobre la piel de todo.


                                           (de LOS APARECIDOS, 1991)

4 comentarios:

  1. Querida María, sobre el yo individual siempre sobrevuela una lejana identidad colectiva, un aliento común que se ha ido fortaleciendo en el tiempo. Tu poema lo define muy bien; suelo pasar muchas horas explicando esa historia que conforma nuestras raíces, que tiene la poesía del pasado entre los dedos. Un abrazo de sábado.

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    1. Hola José Luis, tú siempre tan acertado en tus comentarios, muchas gracias. En este poema me siento heredera y orgullosa de esa identidad, que espero merecer hasta el final. Otro abrazo sabatino.

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  2. Otro José Luis, servidor, anda siempre por aquí, aunque se manifieste sólo de vez en cuando. Enhorabuena.

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    1. Gracias, José Luis, ya sé que visitas mi blog al igual que yo el tuyo. Como vivimos en la misma ciudad, estamos siempre cerca, no? Un abrazo.

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