VIEJA
TÚNICA GRIS DE LA VENGANZA ,
raída
por los ecos
que
claman tras haber deteriorado
un
sinfín de presencias,
estameña
de parda alevosía.
No
existe ruindad mayor que darse
a
este hábito luengo,
visible
cuando al mísero conviene,
arteramente
inscrito
como
la más sutil indumentaria.
Mortaja
del avieso,
cuyo
revés admiran los saciados,
asienta
su verdad bajo sospecha
hasta
que algún rebelde
aparece
desnudo
sin
permiso del sastre justiciero.
Venganza,
nombre propio
para
unas vestiduras ya rasgadas
en
carne ajena, parvo beneficio
que
resta lucidez a quien se cubre,
de
cara al universo,
con
su vil ortodoxia.
(de MÍNIMO SOL DE INVIERNO, 2006)
Lienzo de Edward Burne Jones
No hay comentarios:
Publicar un comentario