martes, 10 de septiembre de 2013


             



LAS CAMPANAS DOBLARON EN EL AIRE
recodos de tristeza. Noche antigua
que ahora continúa, sin regreso
a cuanto fue litúrgico escenario
de la ciudad nimbada por suspiros.
El postigo cerrado, las tinieblas
velando cada esquina, cada lauda
de la historia doliente, se entrecruzan
con un tiempo que no les pertenece,
con el tañido largo del silencio.


                                                        (de DOMUS AUREA, 1999)

2 comentarios:

  1. Versos de música cautiva. Melancolía y silencio; querida María tu poema me recuerda un tiempo muy lejano que viví en primera persona. Mi habitación de estudiante en Santo Tomás (Ávila) colindaba con el claustro y con el monasterio. El sonido de las campanas marcaba el paso lento de mis horas de estudio. Recupero esas sensaciones gracias a tu poema.
    Excelente texto, María.

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  2. Nuevamente gracias por tu amabilidad y por tan hermosas palabras. También es de agradecer que sigan sonando las campanas allá donde estemos. Besos.

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