del rosal vespertino
provoca a su retorno
un istmo en la mirada,
dos luces invertidas
desde el iris al cielo.
La soledad nocturna
del cuerpo adormecido
proyecta en su reposo
una altísima llama,
dos esperanzas vivas
del amor en el tiempo.
(de TEMPO DE VUELO SOSTENIDO, 2004)
Qué grato empezar la jornada con una ráfaga fresca de poesía. Tu poema se queda conmigo esta mañana, María. Muchas gracias y un abrazo fuerte.
ResponderEliminarTambién tú contribuyes a alegrar la vida con ese paseo por tu jardín. Gracias y otro abrazo.
Eliminarel amor y el tiempo se llevan de la mano...feliz finde!
ResponderEliminarTienes razón... Saludos y gracias.
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