miércoles, 4 de septiembre de 2013


  


    CAUTIVERIO
 
 
Hasta que el aire tuvo
mi corazón alado,
seguían diluyendo
las rosas sus perfumes
en él; las golondrinas
desplegaban colores
por sendas invisibles,
y las aguas rizadas
del estanque le hacían
tañedor de murmullos. 

Ahora hay un olvido
que llega a todas partes,
raptando cada pétalo,
oscureciendo azules
y llevándose lágrimas
al socaire del tiempo.
Ahora, como entonces,
mi corazón no vuela
más que estando cautivo.


                                                 (de VIVIR POR DENTRO, 1992)

Lienzo de Franz A. Bischoff

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