SERENIDAD EN TODAS LAS ESFERAS,
verdina sobre el atrio,
contradicción de máscaras
llorosas.
Querías sustraerte a tal
dominio,
deliberar tu culpa
antes de que la noche
se convirtiera en otra epifanía.
Intentabas ser alguien
salvado del recuerdo,
llegar alguna vez a algún
presente
sin sufrir la condena
del ayer o el mañana.
Miraste alrededor. Estaba oscuro.
Los óvalos dorados
se confundían entre sí,
venciendo
a aquellas otras máscaras
con que el tiempo encarnaba tu
memoria.
(de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario