domingo, 14 de julio de 2013





                       I

 
El velo se rasgaba nuevamente
en el anochecer de tus deseos,
después de una quietud inabarcable. 

Rosas sin tallo, lumbre mortecina
sobre el cuerpo doliente, decadencia
que nunca revelaste al enemigo. 

Las estrellas rompían en tu pulso
como otra libertad. Cruzaba el tiempo
por una habitación en llamas, siempre
rasgándote el amor y su agonía. 

Pétalos rojos, sombra itinerante
de un fracaso. La noche recitaba
el consumatum est de tu desnudo.


                                                                (de LANCE SONORO, 2007)

Lienzo de Joaquín Sorolla

2 comentarios:

  1. Hermosísimo, como si el aire se hubiera detenido entre tus dedos y callaran los sauces.

    Toda la luz -la tuya- desde el Mediterráneo.

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  2. Muy amable, Ana, disfruta también de tu luz inagotable. Abrazos.

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