viernes, 19 de julio de 2013


                



                                 -Colegiata de El  Salvador-
  

Claro dulzor invicto de arreboles,
perdida colegiata
donde su mármol cita caracteres
de un año de la hégira.
No ha subsistido, sólo
compone la estatura
que se espera de tanta nombradía,
visión desde las bóvedas
reflejada en mecido campanario.
Sin embargo, el altar
derrama plata,
mientras un largo culto
acoge su pasión inadvertida
por el traslado mismo hacia lo eterno.
Alto clamor ungido del barroco,
templo primaveral
sin otra solidez que los reflejos
de unos cinceles malvas
tallándole la luz cuando atardece.

                                                        (de LA LUZ NO USADA, 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario