miércoles, 29 de mayo de 2013


        


                GORRIONES

  
Que la lluvia cayera en los Jardines
era sólo espejismo. Que mis ojos
acogiesen tristezas, contemplando
inmóviles gorriones ateridos,
no era más que el escorzo de otros tiempos
de humedad retorcida entre las manos,
de pálidos alberos que sentían
el peso de unas alas. Y la lluvia,
detenida en el aire,
remontaba el temblor de aquellos pájaros
clavados en la tierra. Que mis ojos
no supieran llorar, era presagio
de que iban a cerrarse en otros vuelos.


                                          (de JARDINES DE MURILLO, 1989)

3 comentarios:

  1. Quizá tus ojos de entonces no supieran llorar, quizá aquellos pájaros estuviesen clavados a la tierra. Pero hoy el poema llora, María, siente, vive. Y los pájaros vuelan.

    Una abrazo, Poeta.

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  2. Gracias, Ana, cada edad tiene su propio llanto abanicado por los pájaros, menos mal... Otro abrazo para ti.

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  3. Celebramos encontrarte por aquí, seguiremos pendientes de ti y de tu poesía, querida María. Ojalá los jardines no sean solo espejismo, como dices en tu poema. Mucha suerte y seguiremos en contacto. Un saludo y abrazos.

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