martes, 19 de marzo de 2013


                      


     UNA  SOLA  TERNURA
 
 
Su luz se deslizó por tu mejilla,
lágrima de marfil como sudario
que imploraba razones
para el descendimiento.
Una sola ternura hubiese amanecido
mejor que aquel destello de sus ojos templados.
Buscabas ser en él, pero nunca lo fuiste
más allá de un instante oscuro y doloroso.
Hoy tus sienes acogen los desvelos
febriles de la honda madrugada,
paréntesis candente
en una historia yerta.
Como entonces, tampoco tienes prisa
por llorar, ni siquiera por hallarle
en la desolación que te recluye.
Una simple locura hubiera acontecido
mejor que aquel relato de su última mirada.


                                                                      (de DANAIDE, 2012)

Lienzo de Anne-Marie Zilberman

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