jueves, 21 de marzo de 2013


     
 

         SECADAL

 
Más alto fue mi sueño.
Más se agrietaban todas las imágenes
a su paso. Yacían
hojas de un verde frío,
detrás de cuya muerte
adiviné que el mundo no quemaba
más que en unas edénicas visiones. 

Y si el ayer decide
encauzar mi presente en su angostura,
más vale que haya estatuas
que recubran el hueco de mi cuerpo,
antes que el sueño sangre
por sus poros de angustia. 

Oh, Dios, cuánto secano
me ha tocado albergar en mis entrañas.


                                           (de AQUÍ QUEMA LA NIEBLA, 1986)

Lienzo de Valery Rybakow

2 comentarios:

  1. De ese secano estamos hechos casi a diario, María, así que el pensamiento que guía el poema es una reflexión compartida que tú has formulado con la sabiduría literaria que tanto dice de ti.
    Abrazos y mis mejores deseos desde Rivas.

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  2. Gracias como siempre, querido José Luis, por tu acertado comentario sobre este antiguo poema que sigue siendo actual. Cuánto hubiera querido no haberlo escrito... Besos.

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