IV
Tú me esperabas en los Quattre
Canti
con tu belleza intacta, de otro
mundo,
desenfrenando el vuelo de mis
ojos.
La realidad perdida por Palermo
flotaba como un himno
silencioso, vibrante,
la realidad que huía ciega y
sola.
Pero tú me esperabas
como quien nunca quiso
conocerme,
sin separar el tiempo
de aquella sensación
irrepetible.
La realidad se abría
en forma de corola macilenta,
guardándose el bullicio de una
plaza,
el hueco que dejaste
mientras todo fue cierto.
(de RETABLO DE CENIZAS, 2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario