ANTES DE QUE EL AMOR
se convierta en vacío
inabarcable,
recordarás el templo
como la saciedad que perseguías.
Tu estancia se prolonga
vivamente desierta,
acariciando estatuas
mientras miras al cielo
mortecino.
Después de que el dolor
recoja tantas velas inservibles,
saldrás en otro barco
sin amarras, sin rosa de los
vientos,
para perder el rumbo
a la felicidad que no
encontraste.
De pie, bajo la lluvia,
resplandeces desnudamente rota,
como el templo sacrílego que
amas.
(de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)
Lienzo de Audrey Anastasi
Querida María, la esencia del poema es una fe de vida de los últimos años; las pérdidas nos hacen; los sueños son puertos que nunca se localizan, pero hay que seguir buscando, somos el camino, María; ya lo escribió Kavafis.
ResponderEliminarMuy hermoso tu poema. Por cierto, la imagen que pusiste ayer en el blog como umbral es maravillosa.
Abrazos cercanos, querida María
Hola José Luis, gracias como siempre, eres un encanto. Pensaba escribirte por tu poema de hoy, hemos tenido telepatía. Sí, hay que seguir adelante, no hay otra opción. Pero la poesía nos salva de tantas cosas... Somos unos privilegiados por contar con ella. Besos de tu fiel admiradora y amiga.
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