viernes, 8 de febrero de 2013


                      
                           
 
                                                      I V


                                   Tu llegada detuvo el vuelo de las aves,
el curso de unas horas que sólo en mí existían.
Yo esperaba la muerte de mi muerte diaria,
y nada más. Afuera, los jardines se abrieron
de luna en luna, como tus brazos presentidos.
Yo temía el silencio de lo transfigurado. 

Apenas regresaste, mis estigmas ocultos
fueron cauce de ámbar, de indómita turgencia
para tus manos mías, para mi boca tuya.
Yo respiraba angustia cuando te respiraba. 

Y nada más. Afuera, los jardines sitiaron
el alba macilenta con sus ígneas corolas.
Tu llegada no pudo demorar lo terrible
ni alumbrar esta ciega voluntad de perderte.


                                                      (de LANCE SONORO, 2007)

Lienzo de Judith Kusel

2 comentarios:

  1. Un poema así pone a cualquiera y más viniendo de ti. Que potencia y cuanta verdad.
    Oye, estás mejor en la otra foto, muchacha.

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  2. Bueno, me lo creeré, o será la imagen la que pone... Sobre la foto, habrá que cambiarla por otra más juvenil, no?

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