lunes, 4 de febrero de 2013


          


ENCUENTRO  CON  DON  ANTONIO

La plazoleta sola se ensombrece
al compás de unos vuelos
vespertinos y sus algarabías.
Aquel señor sentado
-yo le conozco a usted- es don Antonio.
Como si nadie hubiera,
alza en sus manos todos los aromas
y los rinde al papel donde florecen
sus versos más ocultos.
La plazoleta -por favor, quisiera
saber algunas cosas, no se levante- funde
el piar lastimero de las aves
con un goteo manso y escondido.
-Dígame si existió aquella tarde clara,
casi de primavera,
si fue verdad la fuente,
la albahaca, los frutos encantados...
Muéstreme ese lugar en su exacta belleza,
para mi entendimiento de esta vida-.
Estremece saber que ya es de noche
y que la plazoleta sigue sola.


                                        (de DOS LENTAS SOLEDADES, 2002)

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