De
aquella tarde sólo
supo
una claridad que se filtraba
a
través del amor, sólo un destello
que
perfiló siluetas
detrás
de los visillos.
Pasaron
muchos años,
muchos
días de sed inconfesable,
todo
el tiempo que aún no transcurría
más
que en el corazón. Yo quise entonces
definir
el silencio,
eternizar
la lluvia
contenida
en el hueco del pasado,
recorrer
los senderos que la nieve
borró
de mi existencia,
mientras
iba el crepúsculo
apagando
las horas.
De
aquel destello sólo
recuerdo
que me busca todavía,
que
espera ese momento de alcanzarme
en
otra tarde oscura,
para
que nunca olvide
la
muerte que me queda por delante.
(de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)
Lienzo de Vasyl Tretyakov
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