Horarios de fuego (Andrés Rueda)
V
La tarde se ha vestido de
buganvillas nuevas,
mientras mi soledad amaga el
colorido
que un día le prestaron para
teñir su calma.
La tarde se reviste también de
tus augurios.
Yo quisiera encontrarme en otro
territorio
distante de esta paz que rompe
mi agonía,
porque el amor no acaba de herir
ni de tenderte
sobre mi cuerpo exhausto por
anhelar tu cuerpo.
La tarde se ha tomado todo el
tiempo del mundo
para no ser la misma de
entonces, cuando nada
hacía presagiar lo inútil de
este exilio,
la realidad violeta que traza su
amargura.
Yo quisiera encontrarme en ti
desnudamente,
como las buganvillas, sin más
tonalidades,
porque el amor no acaba de
vestir mi existencia.
(de LOS CIELOS TARDÍOS, 2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario