AL
HACER UNA PAUSA MEDITANDO
bajo
la galería porticada,
me
hallo frente a mí. Resulta inútil
alejarse
del tiempo y su sigilo
cadencioso
a deshora de la noche.
Hay
que continuar, pues no se tornan
las
losetas de mármol en camino
para
la propia huida. Desde el cielo
llega
una oscuridad que dulcifica
la
amargura de dar con uno mismo.
(de DOMUS AUREA, 1999)
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