El Guadalquivir en Sevilla (Rosa Susaeta)
DESEMBOCAN
EN MÍ, CUANDO TE HABLO,
las
aguas de ese río que, sin prisa,
caracolean
suaves por un viento
que
te conoce, que has nombrado tuyo.
Contemplándote,
no se me aparece
más
que lo desmayado de tus líneas
sobre
cada color, dando distancia
al
pórtico voluble y sinuoso
donde
acota su altura el horizonte.
Cuándo
no serás tú palabra, iris…
(de DOMUS AUREA, 1999)
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