sábado, 20 de octubre de 2012


              
                    Al día siguiente (Edvard Munch)
 

CUANDO SE DEJA ATRÁS TANTA TRISTEZA,
tantos días del lado de la suerte,
sólo cabe dudar, cumplirlo todo,
amainar el temor con que se habita.
Mientras tanto, los cielos
violetas reaparecen
entre las espadañas,
confundiendo deshoras
e inútiles cansancios.
Antes de ser distinto,
hubo que hendir el tiempo
y rasgar al otoño
sus propias vestiduras,
enésima caída.
Pero cuando se agota lo esperado,
lo único capaz de consumirse,
sólo cabe yacer sobre el aliento,
desentrañar la luz con que se muere.


                                     (de MÍNIMO SOL DE INVIERNO, 2006)

8 comentarios:

  1. Preciosa poesía como toda la que escribes. No dudo de que en Huelva todo iría muy bien. Abrazos nuestros.


    Guillermo

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  2. Pues sí, Guillermo, allí presenté mi último libro, todo bien. Abrazos para todos.

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  3. Querida María, uno de los mayores aciertos de tus poemas es ese camino de palabras, sosegado y sereno, que conduce hasta el cierre con un sentido rítmico palpable, sin estridencias. Un abrazo

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    1. Gracias, José Luis, viniendo de ti este comentario llena de sentido el escribir poesía y poder compartirla con uno de los mejores poetas españoles, como eres tú. Abrazos.

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  4. Nos encantó la presentación del libro, la profundidad y belleza de los poemas y el estupendo hacer recitando de María. Lástima del tiempo y de no poder disponer de algunos ejemplares allí para poder adquirirlos (y firmados por la autora, que los hace más estimados aún).

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    1. A mí también me gustó verme rodeada de oyentes tan sensibles y cariñosos. Ya me quejé a la editorial por no enviar libros. Gracias, Maite, un beso.

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  5. Querida María: No te contesto a diario porque tu obra está por encima de mi crítica y bastante más alta que mi sensibilidad. Cada vez que te leo veo mi vida más abierta a través de tu enseñanza. ¡Qué gran tiempo perdimos los dos -sobre todo tú- trabajando para unos grandes almacenes en los que nadie quería conocernos! Los poetas son tan raros...
    ¡Felicidades!

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    1. Hola Emilio, yo te leo también a diario, pero por falta de tiempo no suelo enviar comentarios a los amigos del blog. Creo que el tiempo perdido para mí fue no haber ido a la universidad, porque el trabajo, al fin y al cabo, era necesario para mi casa. Y si no fue en donde ya sabemos, hubiera sido en otro sitio. Si no nos valoraron fue su problema, ahora estamos por encima de ellos. Besos.

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