Convento Santa Rosalía, Sevilla (Foto: M. Sanz)
LA
CARA OCULTA
En
mi clausura vivo libremente,
me
alumbro con magnolias
y
azahares. Respiro
al
compás de una brisa perfumada.
Desde
mi soledad encuentro al hombre,
habito
su presencia
de
crepúsculo eterno,
me
fundo en el recuerdo de sus manos.
Aquí
dentro sucede lo difícil,
lo
que al tiempo regresa.
Fuera
sigue esperándome
sólo
la cara oculta de la vida.
(de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)
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