Vendaval (Catherine Coren)

 

   DESPUÉS  DEL  CONCIERTO

 

La música discurre ya tan lejos

del amor, que su savia cristalina

alimenta distancias

como si nada hubiera sucedido.

Un réquiem, un adagio

redescubren la suerte de la vida

y sus insinuaciones. Pero nunca

difuminan la senda, el final del trayecto.

No todo va a ser dulce. Los vestigios

de la felicidad apenas pueden

soportar su memoria.

No todo vuelve al punto

de partida, ni suena ya la música

de la misma manera que al principio,

cercana, caudalosa,

recién interpretada

por quien halló en su amante todos los instrumentos.

                                              (de DOS LENTAS SOLEDADES, 2002)