sábado, 8 de septiembre de 2012


   


         REFUGIO


Alguien está llamando. 

La lluvia me deshace,
me derrama
sobre mi estancia. Turbios,
los cristales del cuerpo
gotean su perenne
soledad. Cuánta lluvia
me ha diluido en torno al universo. 

Alguien está llamando. 

No reconozco el agua
que acompasa esta hora
de grisáceos orígenes,
mas sé que, mientras llueva,
se borrarán de golpe los paisajes
que me vestían sólo
con la luz del estío. 

Alguien sigue llamando. 

Me desatan las nubes,
pero no puedo abrir. Ignoro dónde
se encuentran los umbrales
de esta morada... Quedo
a merced de un silencio despiadado. 

Nadie vuelve a llamar.
Tal vez sería alguien que buscaba
el arco iris de un cuerpo
en donde guarecerse de la lluvia.


                                                  (de CONTEMPLACIONES, 1988)

No hay comentarios:

Publicar un comentario