miércoles, 11 de julio de 2012

               
             



    ERA TODO SOLEMNE


Mis pasos por las calles solitarias
herían el silencio de la lluvia.
Era todo solemne aquella noche:
la danza de unas góndolas, el puente
que enlazaba penumbras… No podía
rasgar tanto misterio, pero alzaba
mi ser a lo real cuando en San Marco,
subiendo al zarandeado vaporetto,
sentí que aquellas aguas inefables
acunaban el sueño de Venecia.



                                              (de CENÁCULO VINCIANO Y OTROS ESCORZOS, 1985)

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