VAE
VETTII
Los
placeres se agotan
con
la puntualidad del movimiento
antes
de la erupción. Existen leyes
para
que todos pasen
antes
de la venida de la lava,
como
aire prisionero de humeantes ruinas.
eterniza
en sus frescos el deleite
de
la procreación, pero un instante
después
de contemplarlos,
reaparece
la calma
en
forma de colores sobre el muro.
Con
otra diligencia,
la
sagrada pintura de los cuerpos
transita
por rincones
sinuosos,
ufanos
de
su última morada.
Los
placeres terminan
por
rendirse al silencio donde fueron creados,
dentro
de un aire libre
que
cumple los preceptos de la lava y las piedras.
(de DOS LENTAS SOLEDADES, 2002)
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