miércoles, 23 de mayo de 2012

  
     



POR FIN TE HE CONOCIDO, TE HE AMADO
con tu propia belleza, sin más ansia
que la de estar en ti conmigo misma.
Ha llegado la noche a ser alfarje;
la mañana, preludio de romero,
y el cárdeno fulgor, mi eterna herida.
Pero te he conocido. Ya es bastante
si alguna vez descanso bajo el ascua
de tus alberos, bajo el solo palio
del último azahar que se marchite.



                                                   (de DOMUS AUREA, 1999)

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