PENSABAS QUE YA HABRÍA AMANECIDO
en Cluny, en Florencia, en
Amalfi,
o tal vez en Bayreuth…
Posiblemente el tiempo
se negara a restarles
la claridad antigua de sus
nombres,
de sus vértices magnos.
Y tú, en esta isla desolada,
perdiéndote esas horas
en la noche más larga de tu
vida,
sin saber cómo y cuándo
volverá a amanecer sobre las
piedras.
Pensabas que ya habría sucedido
otro sol, otro invierno,
o tal vez esta muerte.
(de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)
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