domingo, 6 de mayo de 2012


            



                                          -Convento de Santa Paula-
  

Un claror ambarino
descendía al templado refectorio,
junto a los bodegones que formaban
su sagrada familia.
Ana de Santillán tuvo carácter
para encontrar la tierra
donde darse una muerte
poco profunda,
sólo lapidaria,
aunque hurtase nobleza del conjunto
que ataviaba sus restos.
Una orden jerónima,
el tímpano del arco, siempre en clave
blanca, azul y amarilla,
la doble galería porticada,
ofrecían su paz
como jazmines
en una ceremonia de abandono
a aquella perfección de la clausura.


                                                   (de LA LUZ NO USADA, 2010)

2 comentarios:

  1. Tuve el privilegio de pronunciar un pregon de Semana Santa en esa iglesia. Nunca me habia sentido tan a gusto. Mis amigos, mi familia, las jerónimas asomadas al fondo, tras su reja. Claro que les llevaba preparada una cosita, después me lo agradecieron. Fueron dos decimas, una empezaba así:
    Buscaros, palomas, quiero
    en vuestra contemplación,
    que no hay mejor oración
    que vuestro fervor sincero...
    Olvidaré mi nombre antes ue aquellos momentos. El sitio tiene algo de especial.
    Un saludo, María.

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    1. Me alegro de tu maravillosa experiencia, un auténtico privilegio para quienes amamos estos lugares. Saludos.

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