martes, 1 de mayo de 2012

                                 


    CABALLERIZAS


Me adentré muchas veces
por el vago resquicio
de aquel cielo turquesa,
por la miel convertida
en témpano de muros. 

Cada arista acercaba
su rosa
de los vientos
al día solitario,
gentil acompañante
que se elevó conmigo
en forma de tristeza. 

La calle deshojaba
sus aleros oscuros,
los nidales celestes
de donde yo caía.


                                                                  (de LIENZOS DE CAL, 2008)

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