RUISEÑOR
Un día no lejano,
cantarás para mí de otra manera,
sin buscar la espesura,
sin llevarme a la orilla de una lágrima.
Estaremos a solas,
y todo será cielo, clara música;
melodía tangible
para acunar el tiempo de elevarnos.
Un día vibraremos,
no como ahora, no como el ramaje
de este árbol, que aumenta
el eco pertinaz del abandono.
Estaremos a solas,
tendidos sobre el viento,
con todas nuestras ansias ya cumplidas.
Y tú me cantarás de otra manera.
(de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)
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