lunes, 9 de enero de 2012

       


                 ENERO

Dolorosa quietud la del invierno,
cuando hay algo que llama
silencioso al presagio,
convertido en retorno a lo más íntimo.

Salpicada blancura de verdes lejanías
acomete mi espera,
porque todo está inmóvil culminando el suplicio
que ha entornado mis ojos. 

Lacerante quietud la del eterno
milagro, desgarrando primaveras
en la piel, cuando hay algo
que sangra más allá de mis heridas.



                                          (de CONTEMPLACIONES, 1988)

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