jueves, 29 de septiembre de 2011

           
              Raíles al atardecer (Edward Hopper, 1929)


LI.

De tanta juventud apenas quedan días,
unos cuantos colores del paisaje,
varias horas en tren o esa escapada
con alguien que jamás dirá su nombre.
Si fuera más temprano aquí en tu vida,
no volverías nunca a saber dónde huiste,
pero sí cómo vas, tras el mundo, intentando
alcanzar al amor en la última noche.
Con una insensatez adoctrinada,
esa ilusión sin fin busca de nuevo
tus años limpios, otra carne tibia
y hueca en el verano de tus atardeceres.
De tanta madurez apenas oyes
los pasos de algún hombre descreído,
su voz erosionada, que aún pretende darte
migajas de la propia felicidad caduca.
Si estuvieras a tiempo de ser otra,
jamás encontrarías el camino,
pero sí tantas vidas como fuiste perdiendo
por llegar al amor hasta el último día.



                                               (De REGAZO E INTEMPERIE, 2007)

No hay comentarios:

Publicar un comentario